No queda más que solicitar, desde la “razón pública”, al Consejo Superior Universitario, y al Consejo Académico, que sesionen públicamente, de frente a la comunidad universitaria.
Miguel Espinosa Ardila, Estudiante Derecho Diurno, Universidad del Atlántico
Mientras que la institucionalidad de la Universidad del Atlántico, con el poder que le confiere la legalidad, en los medios de comunicación han planteado la normalidad académica, para el día 8 de noviembre, donde esperan “absoluta normalidad en los horarios preestablecidos”[1], la respuesta del estudiantado ha sido mantener el Paro indefinido con el poder que le otorga la legitimidad, por el respaldo masivo al cese definitivo de la “normalidad” académica institucional, y de rechazo integral al proyecto de ley 112 del 2011 (reforma a la ley 30), en el marco de las presiones del gobierno nacional y la administración del alma mater.
El comunicado anteriormente citado, conjunto con el resto que se han emitido, tanto del Consejo Superior Universitario, como del Consejo Académico, tiene dos orígenes: el primero, es la desinformación de estos órganos; y el segundo, el intento de división del movimiento, a través de la desinformación.
El Consejo Superior Universitario (CSU) y el Consejo Académico (CA), pretenden “normalizar” las actividades académicas institucionales, pero que, por su misma composición, no logran penetrar en la dinámica misma del movimiento en defensa de la educación. Sólo con la pretensión de regresar en “absoluta normalidad” el 8 de noviembre, es desconocer que el paro día a día, lejos de debilitarse, se fortalece. Y la fortaleza del paro reside, principalmente, en el respaldo en las calles del estudiantado uniatlanticense, y del apoyo de la ciudadanía. La jornada de movilización del día de hoy, deja en claro, que no son un “grupúsculo”, como considera la institucionalidad, sino una gran cantidad de estudiantes, que están dispuestos a defender el sagrado derecho humano de la educación. Además, ¿cómo conocer la realidad del movimiento, cuando ni el CSU, ni el CA (en su mayoría) están vinculados a las dinámicas del paro? Basta sólo con referirnos a la posición de la representación estudiantil al CSU, que ha respaldo a la institucionalidad, contrariando las miles de voces del estudiantado.
Atendiendo a esta situación, no queda más que solicitar, desde la “razón pública”, al Consejo Superior Universitario, y al Consejo Académico, que sesionen públicamente, de frente a la comunidad universitaria, y no desde las oficinas. Sólo así, podrán aspirar a conocer de fondo, la dinámica misma del movimiento. Un órgano universitario, por sus mismas características, no puede cercenar las discusiones públicas, en aras del poder que le otorga la ley. La disyuntiva es clara: publicidad o barbarie.
Por otro lado, también podemos observar en los comunicados de estos órganos, un flagrante intento de división al movimiento, a través de la presión, utilizando maniobras de desinformación. Debemos dejar en claro, una vez más, que el paro nacional universitario, ha sido concertado por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), y en la Universidad del Atlántico, puesto a discusión en múltiples asambleas estudiantiles, incluso desde las facultades y programas, donde la Mesa Amplia Local Estudiantil (MALE), ha sido reconocida como la vocera para el caso de nuestra alma mater. Luego, no puede ser el Consejo Superior, y mucho menos el Académico, quien dé fin al paro indefinido, sino los mismos estudiantes.
La presión de estos órganos, expresa la debilidad para dar solución a una problemática que no pueden resolver. Como cualquier hecho, éste tiene su relación causal: la causa ha sido la radicación de un proyecto de ley ante el Congreso, sin una participación real de la comunidad universitaria, y las pocas garantías en el parlamento para ser recogida las propuestas; su efecto, ha sido el paro indefinido, como mecanismo de rechazo, y herramienta para exigir al Ministerio, el retiro del proyecto de ley de la Comisión sexta de la Cámara de Representantes. Sólo el gobierno nacional puede resolver el problema del paro retirando el proyecto de ley, y cualquier intento de la administración en las Universidades, de normalizar las actividades académicas institucionales, son mecanismos de presión.
Además, queremos recordar, según lo establecido por estos órganos a través de comunicados, que las garantías para el ejercicio del paro, incluyendo los apoyos para la discusión de la reforma, no pueden ser condicionadas a la desmovilización del movimiento, y subsiguiente levantamiento del paro indefinido, dado que lo anterior, constituiría una contravía a lo definido y publicado en importantes medios de comunicación.
Por último, debemos exigir del Consejo Superior y Académico, no presionar ni amenazar al movimiento universitario, y mucho menos, desinformar a la opinión pública a través de comunicados.
15:08
LAVOZ
Posted in:
0 comentarios:
Publicar un comentario